LAS MEMORIAS DEL CHATO

Sin duda que se extraña la figura de ‘h’ en la TV nacional. Hasta hace poco tenía una columna semanal en La Primera, pero lo desembarcaron a raíz de una publicación sobre el hijo extramatrimonial de García y una transacción millonaria en la compra de vacunas que favorecía –supuestamente- a un compañero del partido. Cuando volvió al periódico (bajo la dire de Juan de la Puente) lo hizo con una columna diaria muy a su estilo (mordaz, malicioso y pendejerete) donde se hizo de nuevos enemigos, incluyendo su media hermana Martha Hildebrant, pero se largó cuando el diario comenzó a apestar a ‘humalismo’, vacilaron al dire, y al final terminó comprado por Martín Belaunde (hombre de confianza de Ollanta). Luego pasó al mundo de la radio, donde otra vez lo chotearon, por baja audiencia y ausencia de comerciales. Esta vez el Chato ha comprado su propio espacio (caracho!), y anuncia en Caretas la próxima entrega de sus memorias incendiarias: “La cámara del terror” (ya antes publicó “Memorias de un abismo”, un verdadero fiasco literario). Finalmente, si le ha ído tan bien al Chato en el TV (siempre ha sido el mejor pagado) es porque aprendió de ‘muy chico’ a seducir a la cámara, y supo cuando terminar su romance: Los buenos amores no duran para siempre. A pesar de todos sus defectos (que los tiene, ¡hombre!) siempre ha sido una “pulga en la orejas del poder”, y eso cuesta bastante, y se extraña en medio de tanta mediocridad televisiva. Apuesto que en el libro no contará nada de sus defensas al narco Fernando Zevallos, su entrevista echada a Carlos Ferrero cuando era Premier, o sus halagos a don Genaro o Ivcher, entre otras perlitas. Con todo, esperamos el libro, Chato.


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